Este fin de semana viajé a Docamávida, cuna de mi abuela paterna, gran influencia en mi vida.
Sobre un cerro, abandonada y dañada por el terremoto del 27 de Febrero del 2010 estaba la casa donde nació mi abuela, quien vivió en la zona hasta que emigró a la "gran ciudad" siendo muy joven, como era costumbre en esa época.
Como siempre mi gran interés por las lanas me llevó a preguntar cómo la trabajan en esta zona. Desde su origen en la esquila se limpia y se guarda en sacos, para luego hilarla y torcerla. Una de las cosas que me llamó la atención es que las labores son específicas... las mujeres que hilan fino solo hacen ese tipo de hilado, aquellas que hilan grueso lo mismo, y también están las que tejen.
Mi mayor inspiración y quien me llevó al amor por el hilado en huso es la Señora Chela, quien a sus 70 años es imposible encontrarla quieta con tanto quehacer, sin embargo, en las tardes se sienta e hila "para enfriar el mate", y comparte generosamente sus historias de vida.
Su mamá le enseñó a hilar a los 6 años, y falleció cuando ella tenía 11 durante el parto; siendo la hermana mayor tuvo que dejar el colegio y hacerse cargo de la casa y de su familia.
Otra de las mujeres maravillosas del lugar es la Sra. Pilar, quien hila "grueso", este tipo de hilado lo utilizan para hacer la trama de las frazadas que les encargan, así quedan suaves y esponjosas.
Finalmente y después de mucho recorrer, encontramos a la Sra. Patricia, quien tiene el único telar armado de la zona (la mayoría de las mujeres están reconstruyendo sus casas y lo tienen desarmado).
Mi sorpresa fue enorme al entrar a una pieza destinada para este artefacto gigantesco, como una cama con dosel, con una hermosa frazada de plaza y media en pleno proceso.
La señora Patricia fue muy amable en permitirme tomar fotografías, y como siempre pasa con las tejedoras, entre conversa y conversa me comentó que tenía otros telares (les suena conocido?) y que le gustaría aprender telar "de clavos", ya que tenía uno botado y no sabía como se usaba... bueno, lo curioso es que hace una semana me dio por hacerme uno porque quería un cojín, y clava que clava y teje que teje lo terminé justo antes de emprender este viaje, así es que pude enseñarle lo que sabía. Estaba muy agradecida y vi en su mirada ese "pensando en lo que tejeré ahora" con lo aprendido.
Ojalá esta técnica no se perdiera nunca, las personas de la zona hacen todo el proceso, desde la crianza de las ovejas hasta el tejido final, pero como suele ocurrir es mas rentable dedicarse a otras labores.
Me gustaría que antes de encontrar caro o pedir rebaja en un trabajo, las personas supieran todo el trabajo que hay detrás de un tejido de este tipo, lo laborioso que es, y aprendieran a apreciar lo que es un producto totalmente natural, realizado a mano y directo desde la fuente.
Buen tejido a tod@s!!!
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